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sábado, 2 de abril de 2011

Cinco pasos simples para cuidar las baterías

Las baterías de todos los dispositivos electrónicos actuales, salvo muy pocas excepciones, son de iones de litio. La notebook, la netbook, el celular, el smartphone, la tablet, el e-book y la cámara de fotos usan esta clase de baterías. (Excepciones son el teléfono inalámbrico y el UPS, por ejemplo, que usan sus propios tipos de batería.) Cierto es que hay varias clases de baterías de iones de litio, pero no entraremos aquí en esas sutilezas.

El que la mayoría de los acumuladores que tenemos alrededor sean de la misma clase es otra buena noticia, porque como dije antes cada tecnología (las de níquel- cadmio, o NiCd, las de hidruro de níquel metálico, o NiMH, y las de iones de litio, o Li-ion) debe cuidarse de formas diferentes y tiene defectos intrínsecos diferentes. Con menos variedad podemos concentrarnos en las de Li-ion y cubrir de esa forma todos los equipos de alta tecnología.

1. Primero, cargar. Cuando compre un equipo nuevo controle la ansiedad (sé lo que se siente, de verdad) y cargue la batería hasta que esté por lo menos al 50% de su capacidad total. Las de iones de litio no necesitan que se las cargue durante 14 o 15 horas, como las NiCd y las NiMH, pero detestan quedarse totalmente sin carga. ¿Y qué hacemos cuando compramos un chiche nuevo? Probamos todo lo que puede hacer y lo usamos mucho más que en condiciones normales. Como estas baterías deben almacenarse al 40% de carga, carga que pierden con el paso del tiempo, es posible que reciba su equipo con poca autonomía. Se distraerá probando de todo un poco y castigará innecesariamente los acumuladores llevándolos a niveles muy bajos. Tómese un rato y deles una primera carga. ¿Por qué no al 100 por ciento? Por varios motivos, pero el principal es que estas baterías prefieren los términos medios. Tampoco les conviene, como uno tiende a pensar, estar siempre con mucha carga. Lo ideal es usarlas entre el 20 y el 80 por ciento, según mi experiencia, dato que coincide con la información que estuve leyendo en estos días.

2. Son perecederas. Las baterías de iones de litio son perecederas. Así que no existe modo de ahorrar estos componentes para usarlos más adelante. Se gastarán incluso si no las usa y, de hecho, guardarlas durante mucho tiempo sin restaurarles la carga regularmente (lo que es todo un trabajo, y al final nos olvidamos) las arruinará. Si pasan de un mínimo de carga, ya no sirven más.
Las analogías siempre dejan que desear, pero ayudan a no olvidar ciertos conceptos. Estas baterías son como músculos, cuanto más las ejercite, mejor servicio le ofrecerán. Así que úselas, úselas, úselas.
Desde luego, si las hace trabajar en pésimas condiciones sólo logrará dañarlas, pero eso no significa que les haga bien estar inactivas; se producen varios defectos acumulativos por el hecho de usarlas, pero, de nuevo, nada hay peor para estas baterías que tenerlas ociosas. Garantizado.

3. Cómo almacenarlas. Si no va a usar un pack de baterías de iones de litio durante algún tiempo, no debe cargarla al máximo, como indica el sentido común, sino al 40% (o, digamos, si no tiene un indicador tan preciso, entre el 40 y el 50%), y no las almacene por más de uno o dos meses.

4. No las cargue mientras las usa. El peor enemigo de las Li-ion es el calor. Se calientan al cargarlas, y eso ya no es divertido. Si además usted tiene la costumbre de cargar su teléfono mientras lo usa con el GPS, Wi-Fi y 3G activados, lo que añade más temperatura, y además en un ambiente caluroso o al sol, le aseguro que arruinará en poco tiempo esas baterías. Es química. No mala suerte.
Así que la regla aquí es nunca cargar el equipo (el que sea) mientras lo está usando activamente; por ejemplo, no hace falta apagar el celular mientras lo carga, lo que hay que evitar es hablar o usar Wi-Fi mientras lo tiene enchufado a la red eléctrica. Una vez no hace nada (o, para ser exactos, causa un daño insignificante). Pero la repetición es muy destructiva. Este es posiblemente el mandato más difícil de seguir, porque la autonomía suele ser menor que la que necesitamos, así que, sin saber que estamos haciendo algo mal, enchufamos la notebook y seguimos tipeando.
Pero hay algo más. Como dije antes, las baterías de iones de litio prefieren los términos medios. Tampoco les gusta estar al 100% de su capacidad. Así que éste es el peor escenario posible: uno se olvida de que el equipo está enchufado y completamente cargado y lo sigue usando durante varias horas, y repite esta operación semana tras semana. Este es el motivo por el que tantas notebooks que se usan para reemplazar una desktop tienen baterías con una autonomía de 20 minutos.
Así que evite esta práctica o saque la batería si va a usar el equipo enchufado. Lo que, como estará pensando, es todo un esfuerzo, porque esas baterías deben almacenarse correctamente (ver 3) para que no se arruinen. Esta es una de las muchas razones por las que una notebook no es un buen reemplazo para una desktop.
No es, en cambio, riesgoso (al menos hasta donde sabemos y según mi experiencia) dejar la máquina apagada y enchufada. Cuando la batería informe que está al 100%, la carga cesará.

5. Manténgase en el medio. Las de iones de litio no sufren el defecto llamado memoria de carga . Así que puede volver a cargarlas en cualquier momento, aunque todavía les quede bastante autonomía. Como dije, tampoco son muy amigas de que las agoten por completo. Mi consejo: cárguelas en cada ocasión que encuentre y evite que bajen del 20 por ciento.
Algunos, entre otros Apple ( http://www.apple.com/batteries/ ), aconsejan descargarlas hasta el 15 por ciento cada uno o dos meses. No sé si esto en efecto cambia la vida útil del acumulador, pero lo que seguro es cierto es que agotar a diario las de iones de litio no les hace ningún bien. A veces es imposible que un smartphone o la notebook no agiten su carga tras un día de trabajo, es cierto, pero ahora al menos sabrá cuál es uno de los motivos, no ciertamente el más grave, por el que sus acumuladores van perdiendo paulatinamente autonomía.
Otra cosa: no baje mucho más del 15% porque debajo de ese nivel el software que nos dice cómo está la carga se vuelve cada vez menos confiable. No intente dejarlas en cero. No hay nada así, de hecho. Entre la química de la batería y su indicador en pantalla hay circuitos y software que intentan por todos los medios que no cometamos errores y que la batería no se arruine o, para el caso, que no se prenda fuego.
Una anécdota, para ilustrar esto. Una noche estaba twitteando desde mi netbook cuando noté que la carga había caído al 12% y que le quedaban 10 o 15 minutos de autonomía. No recuerdo los valores con exactitud, pero lo empecé a narrar en la línea de tiempo como una película de suspenso. Era una batería de repuesto, así que podía hacer lo que no se debe hacer. Y además para eso me pagan. Pues bien, pasaron los 10, los 15 y los 30 minutos, y la carga seguía marcando 12 por ciento. Funcionó 45 minutos antes de que el sueño me venciera y la pusiera a cargar antes de irme a dormir.
Es decir que, calibración aparte, el fabricante de la batería se deja un margen en el mínimo para que uno no arruine la batería al intentar arrancarle unos minutos más. También, por otro lado, según he leído, se cubren en el máximo, y muchas veces el 100% es en realidad 80 por ciento.

Otros consejos
- Si está en un ambiente caluroso y siente que el dispositivo (típicamente el celular) está levantando temperatura, no es una alucinación. Pueden ser varios factores a la vez, no nos importan de momento las causas. Pero es un pésimo escenario. A menos que esté esperando una llamada que podría cambiarle la vida, apague de inmediato el equipo, si está recalentando. No va a bajar la temperatura, si las condiciones se mantienen. Por el contrario, empeorarán.
- Las de iones de litio pueden cargarse con frecuencia, concedido, pero evite hacerlo cuando la temperatura está cerca de cero o por encima de 40. Es raro que se den estas condiciones en la ciudad de Buenos Aires, pero pueden ocurrir en otras regiones del país o si se va de viaje a otras latitudes.
- Usar las baterías, como dije, les va causando un número de defectos propios de la actividad química y eléctrica en su interior. Pero siempre es mejor usarlas. ¿Por qué? Porque esto garantiza que la batería nunca va a estar con muy poca carga por más de unas horas. Tenga presente que sólo una semana de inactividad y con carga muy baja puede inutilizar la batería. Técnicamente, la llevará a un estado en el que no volverá a cargar por vías normales. ¿Se la podría recuperar? Sí, pero no es lo que uno anda haciendo los fines de semana. Así que lo mejor es nunca dejar un acumulador sin uso mucho tiempo.
***
Todo este asunto de las baterías es fascinante. Primero, porque encerrar electricidad es de por sí casi un milagro. Segundo, porque todavía quedan cosas por descubrir del comportamiento de los acumuladores. Hay fenómenos en su interior que no se comprenden del todo bien. No obstante esto, las llevamos con nosotros todo el día. Encontré un muy buen sitio, aunque no el más estable del mundo, sobre este tema. Es BatteryUniversity.com ( http://batteryuniversity.com/ ), que pertenece a Cadex, empresa que mide y fabrica medidores y analizadores de baterías. Allí hay muchísimo material -en inglés- que al lector curioso le encantará leer, con abundante información bien técnica (esa que nos gusta, admitámoslo).
El sitio ofrece sólo una parte de un libro más ambicioso que Cadex ha compilado, pero es más que suficiente para mirar con otros ojos esas humildes cajitas que insertamos en nuestros dispositivos casi sin pensar en su misión y sus secretos.
Por mi parte, los dos consejos más importantes para las baterías de iones de litio son: no cargarlas y usarlas a la vez y no exagerar con las cargas/descargas profundas.
Por supuesto, si han descubierto otros trucos para alargar la vida útil de las baterías o mejorar su autonomía, compártanlos aquí en los comentarios. Hay mucho más en la experiencia real, como bien dice BatteryUniversity, que en los tests de laboratorio.

Por Ariel Torres

http://www.lanacion.com.ar/1361760-cinco-pasos-simples-para-cuidar-las-baterias

miércoles, 30 de marzo de 2011

Notas de Interés

Más allá de la PC
A casi 30 años de su aparición, a la computadora personal y su clásico Windows se suma un universo de nuevos dispositivos. Aquí, una guía para entender los sistemas en alza: iOS, Android, Linux, Mac OS X, WebOS, QNX y Windows Phone.

Este año la PC cumple tres décadas de vida; ante la proclamación de que estamos en un mundo post-PC (hecha por Steve Jobs en junio último), hacemos un repaso por los sistemas operativos más importantes de los últimos 30 años, y les damos un vistazo a los que serán centrales en los próximos años.

Windows
En 1981 el mundo cambió para siempre con la llegada de la PC de IBM. Usaba un sistema operativo de línea de comando, el DOS (ver www.lanacion.com.ar/178561 ), que Microsoft desarrolló hasta 2001. En 1985 la compañía presentó la primera versión de Windows, como una aplicación del DOS. Este esquema cambió con Windows 95, que acompañó la explosión multimedia en las PC y llevó a Windows a dominar el mercado de computadoras hogareñas.

Con Windows XP (2001) Microsoft unificó el núcleo del sistema operativo con el de NT (de 1993) que tenía destinado al segmento corporativo. El resultado, XP, fue un sistema operativo sólido y muy longevo: hoy se usa, según Statscounter, en el 50% de las PC, aunque ya más del 25% utiliza Windows 7. Desde el DOS hasta el Win7 Microsoft ha sido sinónimo de la PC de escritorio, la portátil y, en menor medida, de los servidores corporativos, donde compitió con Unix primero y con Linux más tarde.
Un cambio para Windows 8 es que además de correr en chips de Intel y AMD lo hará en procesadores ARM (los que usan los dispositivos móviles).

Mac OS
La primera versión del Mac OS es de 1984, cuando sorprendió al ofrecer una interfaz con ventanas e íconos, sin línea de comando, acompañada por la campaña publicitaria que ponía a IBM/Microsoft como el Gran Hermano de Orwell y a la Mac como la alternativa.
Fue un éxito, aunque en la década del noventa tuvo un freno, sobre todo con la popularidad que Microsoft logró con Windows 95. En 1997, con Jobs nuevamente en la empresa después de 12 años, se presentó la versión 8, seguida por la 9 de 1999, el fin del linaje del Mac OS clásico, como se lo denomina. En 2001 (el año en que Microsoft presentó el XP en el mercado) Apple llevó la versión 10 de su sistema operativo, el OS X, a las Mac; ya lo usaba en servidores desde 1999.
Trajo un cambio completo de código respecto de las versiones anteriores; el núcleo está basado en Mach, un kernel para el Unix BSD, y usa componentes de FreeBSD; de hecho, las últimas versiones de OS X están certificadas como POSIX, un estándar para definir compatibilidades entre sistemas de tipo Unix. A la solidez del núcleo Unix Apple le agregó las funciones multimedia avanzadas y la por entonces nueva interfaz gráfica, que permaneció sin mayores cambios en la década pasada.

Linux
Lo que comenzó como un proyecto estudiantil de Linus Torvalds terminó en un sistema operativo que modificó el concepto de propiedad en el mundo informático; Linux, un sistema operativo símil Unix, es libre (usa la licencia GPL del proyecto GNU) y tiene una enorme presencia, que va más allá de la PC; precisamente porque es de uso irrestricto se usa como base para toda clase de dispositivos.
Brinda una solidez similar a la de Unix, y por eso fue desde el inicio muy popular en los servidores, sumado a eso el ahorro en costos de licenciamiento y mantenimiento, y a la posibilidad de adaptar sus funciones al hardware y las necesidades de cada compañía y usuario.
Al poco tiempo de nacer aparecieron las primeras distribuciones (es decir, variaciones y adaptaciones de Linux): en 1993 surgieron Slackware y Debian, por ejemplo, seguidas en 1994 por Red Hat y Suse, y en 2004 por Ubuntu (basado en Debian) entre muchísimas otras, incluyendo Ututo, la primera distribución nacional, nacida hace algo más de una década. Inicialmente Linux era un sistema operativo de línea de comando; los dos entornos gráficos más populares hoy, Gnome y KDE, nacieron en 1996 y 1997, respectivamente.
Además de usarse en PC, servidores y otros dispositivos se utiliza en móviles: tanto Android como WebOS están basados en Linux, lo mismo que MeeGo, la distribución de Intel y Nokia.
El abuelo de Linux es Unix, creado en 1969 en los laboratorios Bell de AT&T. Era un sistema operativo de línea de comando: es decir, se tipeaban las instrucciones (correr tal programa, copiar tal archivo a tal directorio) y el resultado se veía como texto en pantalla. Ese año se creó el mouse y comenzaron a diseñar las primeras interfaces gráficas con ventanas y botones, que permitirían la creación de la Xerox Alto en 1973, la primera computadora con una interfaz gráfica tal como la pensamos hoy.

Symbian
Nació en 1998, como un acuerdo de varias empresas (Psion, Nokia, Ericsson y Motorola) para crear un sistema operativo para móviles de alta gama basado en el EPOC32 de las palmtops que fabricaba Psion, y entre cuyas fortalezas están la posibilidad de correr múltiples aplicaciones en simultáneo y ser bastante modesto en su uso de los recursos disponibles. Fue el más popular de la década, y llegó a tener el 72% de las ventas mundiales de smartphones en 2006. A fines de 2010 fue alcanzado en volumen por Android.
Aunque había un desarrollo común de los componentes básicos, las compañías crearon interfaces propias que hicieron incompatibles las aplicaciones desarrolladas: Nokia creó su propia interfaz gráfica con S60, nacida en 2001 (la versión 3 es la que usan el N95 y el E71; la versión 5 es la que agrega soporte para pantallas táctiles, como la del N97). También existió otra versión para pantallas táctiles, UIQ, que Sony Ericsson usó en varios equipos, comenzando por el P800 de 2002.
En 2008 Nokia liberó este sistema operativo y unificó versiones; su resultado, Symbian^3, está presente en el N8 y el C7. Pero aún con su popularidad, en febrero último Nokia anunció su intención de usar Windows Phone 7 como su sistema operativo bandera, y reducir a su mínima expresión la inversión y uso de Symbian en los próximos dos años.

Android
Es el sistema operativo más popular del momento, e igualó las ventas de Symbian a fines de 2010. Está basado en Linux, es gratis para los fabricantes y fue presentado en 2007, aunque nació dos años antes; su desarrollo general depende de Google, su principal promotor, bajo el paraguas de la Open Handset Alliance.
Desde su llegada al mercado ha tenido un crecimiento notable, con decenas de fabricantes y un centenar de dispositivos presentados, y en el último trimestre de 2010 fue el más vendido en el segmento de los smartphones. Está disponible en teléfonos, tablets y dispositivos multimedia (el Google TV). La profusión de equipos, la buena experiencia de usuario y un entorno amigable de programación le han permitido llegar a las 200.000 aplicaciones, y a alcanzar y superar en ventas a Apple y RIM.

iOS
Este sistema operativo nació en 2007 con la primera versión del móvil de Apple. Basado en el OS X, sorprendió a la industria por su diseño, tanto en el hardware como en la elegancia con que se interactuaba con el equipo.
Hoy, Apple es el cuarto fabricante de móviles del mundo, y superó a RIM (eterno segundo detrás de Nokia) para quedar como el tercero en el segmento de smartphones -considerando a Android como un bloque-. Inicialmente, iOS no admitía aplicaciones de terceros, una limitación que fue resuelta en 2008 con el lanzamiento del AppSore. No fue la primera tienda de aplicaciones para dispositivos móviles, pero hoy es la más grande, con 300.000 aplicaciones disponibles.
Este sistema operativo tampoco permitía usar varias aplicaciones en simultáneo, algo que fue resuelto en la versión 4 de iOS, en 2010. El iOS está presente en el iPhone, el reproductor multimedia iPod Touch, la tablet iPad y el dispositivo de entretenimiento digital Apple TV.

BlackBerry OS/QNX
BlackBerry es una línea de dispositivos creada por RIM en 1999. Su sistema operativo, BlackBerry OS, hoy está en la versión 6. El fuerte de BlackBerry estuvo en su economía de recursos para ofrecer un servicio novedoso a principios de la década pasada: el correo electrónico móvil.
Esta función, sumada a otras herramientas de gestión empresarial y a un entorno seguro en el teléfono, hizo de BlackBerry la herramienta corporativa por excelencia. En los últimos años RIM expandió su presencia a otros segmentos, sobre todo de los jóvenes.
Fue el segundo fabricante de smartphones en el nivel mundial, detrás de Nokia, durante el último lustro. Con la llegada del iPhone la compañía debió salir a remozar la interfaz de sus equipos; en 2010 adquirió la empresa QNX; usará en su tablet Playbook el sistema operativo que ésta desarrolló, y lo considera como reemplazo del BlackBerry OS en un futuro próximo
QNX es multitarea, muy seguro y superestable: se usa en centrales nucleares, equipamiento médico y otros equipos de misión crítica; al mismo tiempo, tiene funciones multimedia muy robustas, lo que le permitirá a RIM superar algunas limitaciones de su sistema operativo original.

Palm OS/WebOS
En 1996 nació la Pilot 1000, la primera palmtop de US Robotics, que luego se transformaría en Palm; su sistema operativo, Palm OS, tenía como distintivo su sencillez de uso y estar orientado a la operación con pantallas táctiles. Una de sus limitaciones, sin embargo, era la falta de soporte multimedia (que se resolvió en versiones posteriores) y la carencia de multitarea.
Aunque dominó el mundo de la computación de bolsillo de fin de siglo, fue perdiendo terreno frente a Windows Mobile y a Symbian. En 2007 el desarrollo del sistema operativo quedó en manos de la japonesa Access, y en 2009 se presentó WebOS, una distribución de Linux para móviles que representaba un quiebre completo respecto de lo anterior. WebOS ofrece un sistema operativo multitarea, con gráficos modernos, optimizado para el acceso a la Web y la operación con pantallas táctiles. La compañía presentó 4 teléfonos sin demasiado éxito, y en 2010 HP compró Palm; este año mostró dos móviles nuevos y una tablet que usan WebOS, y confirmó que lo incluirá en las computadoras que venderá en los próximos años.

Windows Phone
Microsoft entró en el mundo de los móviles en 2000 con Pocket PC, un sistema operativo multitarea que imitaba algunas de las funciones disponibles en Windows 2000 (y luego XP), pero orientado a las palmtops y los móviles. En 2003 cambió su nombre a Windows Mobile y tuvo varias versiones; la última, Windows Mobile 6.5.
Compitió con éxito con Palm, al ofrecer funciones superiores, sobre todo por la posibilidad de correr varias aplicaciones en simultáneo y tener aplicaciones multimedia avanzadas. pero el cambio de la industria hacia los smartphones le quitó relevancia en un mercado liderado por Symbian y BlackBerry, y fue perdiendo participación hasta que en 2010 Microsoft presentó públicamente Windows Phone 7, un quiebre completo respecto de la versión anterior; las aplicaciones son incompatibles y la interfaz es totalmente diferente.
En el camino se perdieron algunas funciones que estaban presentes desde la primera Pocket PC (la multitarea para aplicaciones, la posibilidad de copiar y pegar texto), pero la compañía asegura que en breve tendrá una actualización para resolver esto.